El Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel es especialmente recomendable para visitar entre el otoño y la primavera, aunque es recomendable todo el año por su atractivo para el observador de aves.
Durante estos meses, el espacio acoge miles de aves acuáticas en paso migratorio o en invernada, convirtiéndose en uno de los principales refugios para las aves migratorias e invernantes en el norte peninsular.
El invierno, en particular, es una época clave para la observación de especies norteñas difíciles de ver en otros lugares, como la barnacla carinegra, los colimbos o los álcidos.
Además, el clima oceánico suave permite disfrutar cómodamente de paseos, rutas y observatorios incluso en los meses más fríos, sin las aglomeraciones del verano y con una atmósfera tranquila y muy propicia para la fotografía de paisaje y fauna.