Inicio / Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Redes
Redes es uno de los territorios más boscosos de Asturias y un enclave privilegiado para la conservación de los ecosistemas de montaña de la cordillera Cantábrica. Con alturas que oscilan entre los 350 y los 2.100 metros, su paisaje está dominado por hayedos, robledales y castañares, que sirven de hábitat a especies emblemáticas como el oso pardo, el rebeco, el ciervo o el lobo.
El parque destaca por su enorme riqueza faunística y botánica, su red hídrica y un valioso patrimonio cultural asociado a la ganadería tradicional y la arquitectura popular. Aves como el pito negro, el águila real, el mirlo acuático, el camachuelo, el pito ibérico o el alimoche pueden observarse en sus rutas de senderismo, ideales también para la fotografía de naturaleza. Además, muchos de los pueblos del Parque conservan abundantes hórreos y construcciones de piedra tradicionales, y en majadas de altura como Vega Pociellu aún perduran cabañas techadas con tablones de madera, que son testimonio de un modo de vida ligado al pastoreo de montaña.
Redes es un lugar donde la naturaleza se conserva con vigor y autenticidad, ofreciendo experiencias profundas a quienes buscan conectar con paisajes de montaña, bosques intactos y la vida rural más genuina.
Primavera a otoño son las mejores épocas para visitar el Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Redes, ya que es cuando el paisaje muestra todo su esplendor.
En primavera, los bosques de hayas y robles rebrotan con fuerza y la floración atrae infinidad de insectos de vivos colores como mariposas, abejorros o escarabajos.
El verano ofrece temperaturas agradables incluso en altitud, ideales para recorrer rutas de montaña y disfrutar del paisaje sin las inclemencias del invierno. También, los días calmados favorecen la acumulación de nubes procedentes del mar en forma de nieblas que se asientan en las zonas altas, mientras resuena el tintineo de los cencerros del ganado.
El otoño, por su parte, es un espectáculo visual en Redes, con los bosques (que ocupan el 40% de la superficie del Parque) teñidos de ocres, naranjas y rojos, y una gran oportunidad para la fotografía de paisaje y la observación de la berrea del ciervo, que se siente con especial fuerza al anochecer y en las horas nocturnas entre mediados de septiembre y mediados de octubre, así como el celo del rebeco cantábrico en las primeras semanas de noviembre. Además, estas estaciones permiten disfrutar de la arquitectura tradicional y de las brañas en uso, cuando la ganadería extensiva aún marca el ritmo del territorio.
El Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Redes ofrece múltiples posibilidades para quienes buscan disfrutar de la naturaleza de forma activa y respetuosa. Las rutas de senderismo permiten recorrer algunos de los bosques más extensos y bien conservados de la cordillera Cantábrica, como los de Vega Pociellu o Brañagallones en el monte de Redes, recorrer la senda que atraviesa el bosque que asciende hasta el lago Uvales, una bonita laguna glaciar, o adentrarse en gargantas fluviales tan espectaculares como la Ruta del Alba o el Desfiladero de los Arrudos. Todos ellos itinerarios ideales para la observación de aves forestales, mamíferos y anfibios, así como para la fotografía de paisaje.
La arquitectura popular y las brañas con cabañas de techos de tablones de madera reflejan la tradición ganadera extensiva de la zona, que sigue viva en muchos pueblos del Parque. Redes también destaca por su riqueza interpretativa, con equipamientos como la Casa del Agua y empresas especializadas que ofrecen actividades de educación ambiental, interpretación del paisaje y observación de fauna. Todo ello convierte este espacio en un destino perfecto tanto para el senderismo tranquilo como para el aprendizaje en la naturaleza.
El Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Redes ofrece una diversidad de paisajes y experiencias que lo convierten en un destino ideal para la observación y el disfrute de la naturaleza cantábrica. El embalse de Rioseco, con observatorios de madera habilitados, es un buen lugar para la observación de aves acuáticas como garzas, cormoranes, anátidas, fochas, gallinetas o martín pescador. Entre las rutas más emblemáticas destaca el Desfiladero de los Arrudos o también la Ruta del Alba, esta última parte de la localidad de Soto y atraviesa un desfiladero fluvial con cascadas y el reclamo de lavanderas cascadeñas y mirlos acuáticos, con aviones roqueros sobrevolando la hoz pegados a los acantilados de caliza; al final del desfiladero se llega a un hayedo muy bonito en cuyo interior florecen los grandes narcisos de los prados antes de que salgan las hojas.
Otro enclave de interés es Brañagallones, es una amplia vega a los pies del Cantu l´Osu, con cabañas de piedra situadas en la periferia de la campa. La carretera hacia el embalse de Tanes y Caleao ofrece múltiples vistas del entorno montañoso y forestal del Parque, en el que destaca el monte Redes, un hayedo de árboles altos y recios, que da nombre al espacio natural y constituye uno de sus grandes tesoros botánicos. La Canaleya, entre Pendones y el puerto de Tarna, es un desfiladero al final del cual se sale a una cabecera muy boscosa con la silueta del Cuetu Negru recortada sobre el hayedo. Cerca de su base, se encuentra la cascada del Tabayón de Mongayo, la más alta y destacada del Parque. En el alto del Puerto de Tarna nace el río Nalón, en un entorno de gran valor natural que marca la transición hacia León.
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